Construyendo hoy la universidad del centenario: UCR 2025-2040

Por: Dr. Alberto Cortés Ramos

Catedrático

CONSTRUYENDO HOY LA UNIVERSIDAD DEL CENTENARIO: UCR 2025-40

Introducción

La Universidad de Costa Rica (UCR) se encuentra a las puertas de un momento trascendental en su historia: el centenario de su fundación en el año 2040. Este hito nos brinda la oportunidad de reflexionar profundamente sobre el tipo de institución que aspiramos ser al cumplir 100 años de existencia. Es el momento de soñar en grande, de trazar metas ambiciosas y de sentar las bases para construir, desde ahora, la Universidad del Centenario.

Nuestra Universidad ha alcanzado grandes logros gracias al trabajo comprometido de varias generaciones de personal académico, personal administrativo y estudiantes. Hoy nos enorgullece posicionarnos como la mejor universidad de Centroamérica y figurar entre el 6% de las instituciones de educación superior más destacadas del mundo. Estos reconocimientos son fruto de la excelencia en la docencia, la investigación y la acción social que caracterizan nuestro quehacer y que han impactado positivamente la vida de nuestra población graduada y a la sociedad costarricense.

Sin embargo, no podemos conformarnos con los éxitos del presente. El mundo está cambiando a un ritmo vertiginoso y nos enfrentamos a desafíos sin precedentes en los ámbitos tecnológico, social, económico, político y ambiental. La Universidad del Centenario debe estar preparada para liderar los esfuerzos en la búsqueda de soluciones innovadoras y sostenibles a estos retos, contribuyendo así al bienestar y progreso de nuestras comunidades y del planeta.

Una ruta estratégica hacia el 2040

Para alcanzar la visión UCR 2040, necesitamos trazar una hoja de ruta estratégica que nos oriente en el camino hacia el centenario. Esta ruta debe ser construida de manera colaborativa, recogiendo las ideas, aspiraciones y preocupaciones de todos los sectores de nuestra comunidad universitaria. En los últimos meses, he tenido la oportunidad de dialogar con cientos de personas y grupos de nuestra comunidad, escuchando sus propuestas para transformar nuestra realidad actual y proyectarla hacia el futuro que anhelamos.

A partir de estas conversaciones, he identificado varios elementos clave que deben formar parte de esta estrategia:

  1. Defensa de la autonomía universitaria y del Estado social de Derecho

La autonomía universitaria es un principio fundamental que debemos defender con firmeza. Es la garantía de que podemos cumplir nuestra misión con independencia y libertad académica. Asimismo, debemos velar por el cumplimiento íntegro del mandato constitucional que asigna el 8% del PIB a la Educación. Un elemento estratégico para nuestra ruta es recuperar la condición quinquenal del Fondo Especial para la Educación Superior (FEES), asegurando un financiamiento estable, que nos permita planificar nuestro desarrollo.

Pero nuestro compromiso con la educación va más allá de las aulas universitarias. Debemos sumarnos activamente a los esfuerzos por reducir el rezago en la educación primaria y secundaria, contribuyendo con nuestros conocimientos y recursos a mejorar la calidad y equidad del sistema educativo en su conjunto. De igual forma, es imperativo apoyar el fortalecimiento de la Caja Costarricense del Seguro Social, institución clave para el bienestar de la población.

  1. Mejora de las condiciones laborales del personal universitario

Nuestro personal académico es el pilar fundamental sobre el que se construye la excelencia de la UCR. Para atraer y retener al personal más calificado, necesitamos ofrecerles condiciones laborales dignas y competitivas. Propongo consolidar un régimen salarial que reconozca adecuadamente las responsabilidades y méritos y que esté blindado de riesgos financieros, jurídicos y políticos.

Además de la remuneración, debemos procurar un ambiente de trabajo estimulante y empático, con oportunidades de desarrollo profesional y personal, y con un balance saludable entre la vida laboral y familiar. Debemos valorar y cuidar a quienes día a día construyen nuestra universidad.

  1. Agilización de la gestión administrativa

Una gestión administrativa ágil y eficiente es indispensable para potenciar el trabajo académico. Debemos revisar críticamente nuestros procesos y trámites, simplificándolos y acortando los tiempos de respuesta de manera significativa. Debemos incorporar tecnología de punta que permita una adecuada integración de sistemas de información, permitiendo una mejor toma de decisiones y un seguimiento más efectivo de nuestras acciones.

El norte de la gestión administrativa debe ser facilitar y apoyar el quehacer docente, investigativo y de acción social, no entorpecerlo con obstáculos burocráticos. Necesitamos romper la compartimentación y fomentar una cultura de servicio, colaboración y orientación a resultados en todas nuestras instancias administrativas.

  1. Innovación y transferencia de conocimiento

En un mundo en constante transformación, la UCR debe convertirse en un polo de innovación y transferencia de conocimiento. En docencia, debemos continuar explorando nuevas metodologías pedagógicas y potenciando nuevas modalidades educativas (virtual, bimodal, híbrida). En todos los ejes de la actividad universitaria, es imprescindible que incorporemos tecnologías emergentes y que potenciemos el trabajo inter y transdisciplinario para resolver los complejos problemas de nuestro tiempo. Esto implica realizar ajustes en nuestros sistemas de evaluación académica, como el régimen académico y el Centro de Evaluación Académica, reconociendo y valorando los aportes de estos enfoques.

Asimismo, debemos prioridad al financiamiento de programas y proyectos que adopten una perspectiva innovadora e integradora, con montos mayores y plazos más amplios para su ejecución. Debemos fomentar la conformación de equipos diversos que enriquezcan nuestro entendimiento de la realidad, aumenten nuestra capacidad de generar ideas novedosas y fructíferas, y potencien nuestro impacto en la sociedad.

Propongo elevar la innovación y transferencia de conocimiento a actividad sustantiva, para darles el impulso y apoyo que merecen. Esto implica, por un lado, fortalecer la vinculación entre investigación y posgrado, y por otro, construir alianzas estratégicas con el sector productivo, la institucionalidad pública, las comunidades y la sociedad civil para llevar nuestros conocimientos y desarrollos al servicio de la sociedad.

  1. Atención a los desafíos sociales prioritarios

Nuestra universidad debe ser profundamente pertinente, orientando su quehacer hacia las necesidades más acuciantes de la sociedad costarricense y más allá. Enfoquemos nuestros esfuerzos de docencia, investigación, transferencia de conocimiento y acción social en los desafíos sociales, económicos y ambientales prioritarios, con especial atención a las poblaciones vulnerables.

Debemos articular un verdadero sistema interuniversitario en el seno del Consejo Nacional de Rectores (CONARE), potenciando las fortalezas y complementariedades de cada institución. Asimismo, debemos impulsar un ambicioso programa de formación continua y de capacitación a lo largo de la vida, que permita a las personas adaptarse a los cambios del mundo laboral y desarrollar plenamente su potencial.

  1. Promoción de la equidad y diversidad

Construyamos una universidad verdaderamente inclusiva, que abra sus puertas a todas las personas sin distingo de origen, género o condición socioeconómica. Para ello, debemos repensar nuestro sistema de admisión e ingreso, eliminando barreras de acceso y asegurando la equiparación de oportunidades. Pero no basta con abrir las puertas, también debemos garantizar la permanencia exitosa de la mayor parte del estudiantado, brindando los apoyos y servicios que requieran.

Debemos redoblar esfuerzos para reducir y eliminar las brechas de género que aún persisten en nuestra institución y en la sociedad. Implementemos políticas activas de equidad que permeen todos los ámbitos de la vida universitaria. Asimismo, atendamos con urgencia y profundidad los desafíos de salud mental que enfrentan nuestros estudiantes y personal, con acciones concretas de corto, mediano y largo plazo.

  1. Desarrollo sostenible de la infraestructura

La infraestructura es el soporte material para el desarrollo de nuestras actividades académicas, estudiantiles y administrativas. Necesitamos ejecutar un programa integral y sostenible de mantenimiento, reparación y desarrollo de nuestra infraestructura. Implementemos una línea verde en nuestros proyectos de infraestructura, incorporando criterios de eficiencia energética, uso racional del agua, manejo de residuos y adaptación al cambio climático.

Nuestros campus deben ser espacios amigables, accesibles y seguros para toda la comunidad universitaria. Planifiquemos su crecimiento con una visión de largo plazo, en armonía con las necesidades de las unidades académicas y los territorios donde se insertan.

  1. Consolidación del modelo de regionalización

La UCR tiene un compromiso histórico con el desarrollo equilibrado de todas las regiones del país. Debemos consolidar nuestras sedes y recintos regionales, dotándolos de los recursos humanos, financieros y de infraestructura que requieren para cumplir su misión. Pero también es momento de apoyar nuestro modelo de regionalización, para que puedan enfrentar con éxito las realidades y desafíos de la Costa Rica contemporánea.

Impulsemos una mayor pertinencia y vinculación de nuestras acciones en los territorios, en diálogo con las comunidades y actores locales. Fomentemos la articulación entre las sedes con las unidades académicas de la sede central, potenciando sinergias y evitando duplicidades. Avancemos hacia un modelo más flexible y adaptativo, que reconozca las particularidades de cada región y potencie su desarrollo.

  1. Fortalecimiento de la vida estudiantil y las políticas universitarias

El estudiantado es la razón de ser de nuestra universidad y su participación es clave para la construcción de la UCR del centenario. En el marco del respeto a la autonomía del movimiento estudiantil, debemos apoyar su organización y expresión democrática. Generemos espacios de diálogo y construcción conjunta para el fortalecimiento de la vida estudiantil y las políticas universitarias.

Dotemos a la Federación de Estudiantes y a las asociaciones estudiantiles de las condiciones necesarias para su funcionamiento y desarrollo de iniciativas. Valoremos su voz en los órganos de decisión institucional y busquemos su involucramiento activo en los asuntos de interés común.

  1. Internacionalización y cooperación global

En un mundo cada vez más interconectado, la UCR debe fortalecer su posición de liderazgo y referencia en la región latinoamericana y a nivel global. Participemos activamente en redes académicas, triangulaciones y alianzas estratégicas que nos permitan intercambiar conocimientos, desarrollar proyectos conjuntos y ampliar el alcance e impacto de nuestras acciones.

Facilitemos la movilidad académica de estudiantes y docentes, tanto entrante como saliente. Vinculemos a personal académico de alto nivel de todo el mundo para enriquecer nuestro quehacer. Posicionemos a la UCR como un aliado confiable y un referente de excelencia en el concierto de la educación superior internacional.

Conclusión

La ruta que he esbozado es una primera aproximación, una invitación a soñar y construir juntos la Universidad del Centenario. No pretende ser exhaustiva ni definitiva, sino un punto de partida para un diálogo entre todos los sectores de nuestra comunidad.

Tenemos por delante 16 años llenos de oportunidades y desafíos. Años que debemos aprovechar al máximo para impulsar la renovación y el fortalecimiento de nuestra querida UCR. No podemos esperar al 2040 para empezar a moldear la universidad que queremos ser. El futuro se construye en el presente, en colectivo, con compromiso y esperanza, para hacer realidad la UCR-2040 que soñamos.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll to Top